31.8.15

El tránsito de las ideas

No sé si es hoy, no sé si tiene días, si la rutina me está venciendo, si las deudas me están carcomiendo. No lo sé. Lo que sé es que me cuesta trabajo encontrarme en medio de la neblina de letras que escupen los rayos que desgastan mis ojos, que saturan mi cerebro que indigestan mis neuronas y violan mi identidad, dejándola maltrecha e irreconocible.

La autenticidad es víctima de violencia doméstica en mi cabeza.

Sé más sobre la próxima película de Marvel que sobre el bienestar de mi familia y amigos.

Estoy tratando a diario de crear algo que refleje mis sentimientos y mis pensamientos, pero hay demasiados filtros qué atravesar, demasiadas pretensiones qué satisfacer, demasiados orgullos, demasiados miedos. Muy poco espacio para que transiten las ideas. Llegan flacas y maltrechas. Manoseadas e irreconocibles. Se me olvida cómo medirme a mí mismo ¿Cuál es la regla?


Hace falta perspectiva. Es la frase que soluciona el 99% de los dilemas humanos. Pero la perspectiva está ausente. Está metida en un frasco, muy bonito, clavado a una madera, pintado a mano, con flores de lavanda, con espacio para el cambio. Muy bonito. Lo vi en Pinterest.