Aún lejos, sobrevive
a pesar de los rencores,
tu belleza en mi memoria,
tus amistades y amores.
No temas que te olvide.
Mi andar deja tu huella
y acompasas mi acento
al vaciarse las botellas.
Y si la gloria se mide
de a grandes honores,
pues tu risa es un cuento
que intercepta dolores.
Ese orgullo prosigue,
aunque siempre se estrella.
¡Si el instante es tu historia!
y tu desdén nunca mella.
Es ilusión tu declive,
es un chicle en tu suela.
Tu idiosincrasia es la burla
y no el odio, Venezuela.
2 comentarios:
¡Coño, qué bueno!
Nunca tanto.
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